Era un sábado rutinario como todos los demás: dormir y desayunar hasta más tarde, un poquito de running, y una visita al club. Típico día bonaerense, de cielo azul y un sol latente, e iba a darlo por finalizado de la mejor manera, cenando en la casa de unos amigos.
No me ausenté más de 3 horas, pero cuando volví la reja estaba abierta. Inmediatamente, llamé a la policía por miedo de que aún estuviesen los ladrones. Tardaron unos 10 minutos en presentarse delante de mi casa, y en conjunto abrimos la puerta principal.
“Me desvalijaron la casa”
A primera vista, faltaba el televisor. Con la mirada ya más detenida y enfocada, estaban todos los cajones vacíos, y su contenido desparramado en el piso. No había rincón que no habían puesto cabeza para arriba.
Por primera vez, en los 10 años que vivía ahí, no percibía mi casa como mi hogar. Habían violado mi espacio personal. No fue fácil superar el sentimiento de invasión. Comencé a tomar todo tipo de medidas de seguridad: agrandé el garage para no estacionar el auto en la calle, cambié el portón manual por uno eléctrico que abre y cierra en cuestión de segundos, e incorporé un sistema de alarmas. Igualmente sentía que no era suficiente.
Un año más tarde, instalé cámaras de seguridad dentro y fuera de la casa. Gracias a una aplicación podía monitorear todo desde mi celular. Nunca pude volver al sentimiento previo a que entraran a mi casa, pero sí, pude aprender a vivir con la inseguridad que hoy en día es parte de nuestra realidad, parte de nuestro ADN.
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Este tipo de relatos, en todas sus formas y variantes, preocupan la agenda social argentina. Todos conocemos a alguien, sea familiar o amigo, que vivió una situación de delincuencia. Alguien que lo asaltó un motochorro en la calle, robaron en su casa o intentaron secuestrar.
Según una investigación realizada por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) y Opina Argentina, 6 de cada 10 ciudadanos del área Metropolitana de Buenos Aires se siente inseguro. Cabe destacar, que la situación argentina es tendencial y comenzó a deteriorarse en los últimos 50 años.
¿Cuáles son las principales causas de la inseguridad en la Argentina?
Impunidad y fracaso de la justicia:
- Falta de coordinación entre la Justicia y la policía.
- Falta de recursos y de capacitación de la policía.
- Falta de legitimidad y confianza.
- Escasa presencia policial.
- Corrupción
Educación:
- Sistemas de educación deficientes.
- Escasa formación de valores.
Tráfico de armas:
- Fácil acceso de armas ilegales.
Desocupación y desigualdad:
- Ausencia de oportunidades.
- Escasa movilidad social.
- Juventud desarraigada.
¿Cuál es la solución a la inseguridad?
Los problemas argentinos en cuanto a la inseguridad ya pasaron a ser estructurales. Esto significa que para lograr verdaderamente un cambio, se necesita un trabajo coordinado y constante de varios gobiernos, sin importar la ideología política.
En cuanto a las políticas que deben ser implementadas para hacer frente a la delincuencia, es indispensable que se lleven a cabo de manera conjunta. Precisamente su impacto es mayor y más eficiente si son parte de una estrategia de seguridad.
Esta estrategia debe conglomerar penas mayores, inversión en educación pública, capacitación anticorrupción de las entidades de seguridad y justicia, más presencia policial en las calles y mayor dotación de recursos para los oficiales.
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